Pero la realidad es bien distinta, toda la valentía que tenemos detrás del monitor de nuestro ordenador se transforma en miedo cuando abrimos la persiana, salimos de casa y entramos en el mundo imperfecto del que las redes sociales nos alejan. Hay dudas, miedos e imperfecciones, no sabes si ser tu mismo o el personaje creado a base de muchos años clickeando paginas y hablando con gente a la que posiblemente nunca llegarás a conocer. Quedas con tus amigos a los que probablemente hace días que no ves, con los que solo mantienes el contacto a raíz de hablar con ellos por medio de internet y tanto hablas con ellos que cuando estáis todos reunidos no sabéis de que hablar, os dais cuenta de que no tenéis un tema que comentar solo silencios incómodos que muchas veces se cortan con algún ruido o con alguna pregunta que no lleva a ningún sitio. Te das cuenta que las personas a las que consideras amigos muchas veces no lo son ya que una relación en la red no desarrolla un verdadero afecto y complicidad.
Muchas veces sobrevaloramos objetos que nos evaden de la vida real solamente por eso, porque consiguen que nos evadamos de la realidad donde hay dolor y no puedes rectificar tus errores apretando un botón, sino plantandole cara a los problemas.
Sal de casa, queda con tus amigos, dile a tu pareja un sincero "Te Quiero", vive.
Una verdad como un puño. Desgraciadamente, hoy en día se vive con miedo a mostrar como realmente somos. Deberíamos de pulsar más a menudo el botón de "Off".
ResponderEliminarBuen comienzo Pepín! ;)
Un abrazo!